TUYA
Claudia Piñeiro
Al comienzo del libro, Inés Pereyra descubre que su marido tiene una amante, y a partir de ahí
nosotros comenzamos a descubrir a Inés Pereyra. Una mujer que ha actuado en
su vida como otros querían, una mujer que no ha buscado un camino propio, una mujer que recuerda a muchas mujeres de
otros lugares y de otras épocas.
Humor e ironía gobiernan estas páginas, sin quitar profundidad a los
sensibles temas que toca.
Inés Pereyra se presenta como un ama de casa
modélica, se muestra feliz, aunque sea
sentada sobre una gran mentira; por su interés sabe cerrar los ojos a lo
evidente. Hizo una buena boda cuando, aconsejada por su madre, forzó el
embarazo para asegurar la caza del marido.
Vive con una hija, que la infravalora, y con un
marido, que la engaña. Pero todo va bien. Aunque estallará una tormenta, y ahí veremos de qué es capaz. Los
personajes literarios, igual que las personas,
se muestran con perfiles más claros al ser confrontados a una situación
extrema. Y ahí crece esta novela, en torno a esta familia en la que no hay
comunicación, pero en la que todos saben todo, o casi todo, de todos.
El líquido en el que crece el relato es una novela negra; peculiar, y más atractiva, por distinta. Hay un
cadáver, pero no hay un caso policial de los habituales. La intriga y la
búsqueda de la verdad se adueñan del relato. Aparecen unos culpables, pero
aparece más la idea de culpa. Lo más negro
de esta novela está en los personajes, que no son claros porque ocultan lo
que sienten. Es como si caminaran por un túnel oscuro, siguiendo itinerarios
marcados. Solo Lali se atreverá a romper lazos.
Claudia Piñeiro aseguraba
en Babelia que la novela negra nació para
denunciar las injusticias, y como ella es una mujer comprometida, eso está en su novela.
Enric González dice que los finales de esta autora son astutos e inesperados. Aquí se cumple.
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