Una novela
breve en la que su autor desafía nuestra conciencia con cuestiones a veces perturbadoras alrededor de la fama, volátil; los
creadores de opinión, poderosos y en ocasiones irresponsables; los recuerdos, formas inconstantes, montón
de espejos rotos, como escribía Borges.
Su autor, Juan Gabriel Vásquez, aseguraba en El País que la poética de las novelas cortas de Henry James fue la
que más le marcó. Destacaba, además, la "fanática defensa de la ambigüedad” del autor estadounidense.
¿Qué sucedió en aquel día de julio
1982? No esperemos una respuesta clara en la novela. El texto siembra la duda, y de ella surge nuestras reflexiones.
“Visto desde ahora me parece un error”. Esto podría haberlo pensado
Javier Mallarino, el protagonista, cuando, 28 años después de ese julio, Samanta Leal le visita
y le obliga a hurgar en sus recuerdos. No se puede hacer nada para cambiar lo
que ya sucedió, pero sí se puede cambiar nuestro hoy. El pasado resquebrajará
el presente, dulce, de este ilustre caricaturista colombiano, algo escéptico, con el país a sus pies. Son ya 40 años de oficio, 40 años de influencia
total sobre la trama colectiva del país sudamericano. Una autoridad moral para la mitad del país, el enemigo público número
uno para la otra mitad, y para todos un hombre capaz de causar la revocación de
una ley, trastornar el fallo de un magistrado, tumbar a un alcalde o amenazar
gravemente la estabilidad de un ministerio, (…).Y sin embargo en la calle no
era nadie.
No era nadie porque sus dibujos no llevaban su foto al lado. Juan Gabriel Vásquez retrata la fuerza de la
imagen para crear fama, tan mudable e inconstante, tan perseguida y tan
ansiada; de la que a veces se huye, porque
se puede convertir en trampa mortal.
La víspera
de la presencia de Samanta Leal en casa de Mallarino, él ha recibido un homenaje institucional en un
teatro de la capital, la mujer acude al evento entre los miles de agradecidos
admiradores. En las imágenes que se proyectan de la residencia del dibujante,
ella reconoce algo, tiene la certeza, con un trazo muy desdibujado, de que ha
estado allí. Y hasta allí va a acudir para saber. Mallarino con sus evocaciones de aquella
jornada le fabricará unos recuerdos, que removerá su vida. A todos nos han
creado memorias con relatos, por ejemplo de familiares que apenas conocimos. Qué rara es la memoria: nos permite recordar
lo que no hemos vivido, se lee en las primeras páginas, cuando
el protagonista evoca a otro gran caricaturista, desaparecido tiempo atrás, que
ya no existe para nadie. ¿Nos estará hablando de lo que podría sucederle a él?
La novela parte del presente, el
momento del homenaje, y se adentra después en el pasado del protagonista. Dos
mujeres nos llevan a esos momentos pretéritos: Samanta, como ya he mencionado,
y Magdalena. Esta es su exmujer, que al
principio de su relación le guio en el camino complicado de vivir. Hoy ella ha
encontrado su propio camino y no quiere compartirlo con él. También va a
encontrarlo Mallarino, no tengo seguridad, solo una intuición.
El contenido de Las reputaciones se va tamizando en cada lector. Tras su lectura las
dudas de Mallarino se convierten en nuestras dudas y las preguntas sin
respuestas siguen removiendo muchos sentimientos en nosotros.
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